Teoría de Piaget
Cuando hablamos del desarrollo cognitivo, nos referimos a las diversas etapas que consolidan la capacidad innata del ser humano para pensar, razonar y utilizar sus herramientas mentales. Es un proceso paulatino, que tiene sus inicios en la infancia temprana, y que motiva el deseo del individuo de entender su entorno e integrarse a la sociedad.
Los estudiosos de este proceso separan y delimitan sus etapas progresivas, para poder comprender en qué momento de la vida se adquieren determinadas destrezas mentales. En ello intervienen, claro está, las condiciones objetivas (físicas, sociales, emocionales) en que el individuo se desarrolle. A este crecimiento específico de las capacidades se le conoce como aprendizaje cognitivo.
Piaget propuso su teoría sobre la naturaleza y el desarrollo de la inteligencia humana a mediados del siglo XX, y revolucionó la comprensión que al respecto se tenía. Según sus postulados, el desarrollo cognitivo se da a través de una serie de etapas diferentes y reconocibles, cuyo inicio se da en la infancia y requiere de la percepción, adaptación y manipulación del entorno, a medida que el infante explora activamente el mundo.
Las cuatro etapas del desarrollo cognitivo propuestas por Piaget son:
• Etapa sensorio-motora o sensomotriz. La fase inicial del proceso, que inicia el nacimiento y culmina la aparición del lenguaje articulado simple (hacia los dos años de edad). Es una etapa exploratoria, en la que el individuo intenta recabar la mayor cantidad posible a partir de su interacción con el entorno, ya sea mediante juegos, movimientos no siempre voluntarios, y una consideración egocéntrica del universo dividida entre el “yo” del sujeto y “el entorno”. En esta etapa también se aprende que los objetos del mundo, incluso si no están claramente diferenciados, permanecen aunque no los estemos viendo.
• Etapa preoperacional. Esta segunda etapa tiene lugar entre los dos y los siete años, y se caracteriza por el aprendizaje de los roles ficticios, es decir, la posibilidad de ponerse en el lugar de otro, de actuar y de emplear objetos de carácter simbólico. El pensamiento abstracto sigue siendo dificultoso, al igual que el lógico, y en su lugar el pensamiento mágico es frecuente.
• Etapa de las operaciones concretas. Entre los siete y los doce años de edad, esta es la etapa en que el pensamiento lógico empieza a conducir a conclusiones válidas, aunque cuesten aún los grados más complejos de abstracción. Se pierde cierta tendencia al egocentrismo en el individuo.
• Etapa de las operaciones formales. La última de las etapas del desarrollo cognitivo, comprendida entre los doce años y la adultez, es el período en que el individuo adquiere la capacidad de manejo del pensamiento abstracto, pudiendo obtener conclusiones válidas a partir de situaciones del todo hipotéticas, no vividas, logrando así pensar sobre pensar, es decir, alcanzar el pensamiento metafísico y el razonamiento hipotético deductivo.
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